Visita a la filmoteca vasca

11 Dic

Era un jueves frío, un veintisiete de diciembre para ser exactos. Abandonamos la rutina de las clases para tomar un autobús y dirigirnos a la Filmoteca Vasca, situada en el centro de Donosti. Al llegar, todos nos sorprendimos de lo desapercibido que era el lugar y de lo pequeño que era. Pero a pesar de ser así, la filmoteca recogía cientos de recuerdos de personas anónimas que donaban gratuitamente viejas películas o audios. Fundado en 1978 sus objetivos principales son investigar, recuperar, conservar y exhibir películas o audios de interés para el posterior estudio del cine en general y del cine vasco en particular. Esta entidad, sin ánimo de lucro, inició su andadura con 600 metros de película. Hoy día, sin embargo, posee 5 millones de metros en formato cinematográfico y 17 millones de metros en formato videográfico. Alli nos esperaba Peio Aldazabal.

Tras dividirnos en dos grupos, Peio nos narró la historia de la filmoteca así como su objetivo. Nos habló de las propiedades y peligro s de los rollos de película antiguos, las condiciones para mantener una película en buen estado o su posterior digitalización, nos dio abundantes datos y fechas, y,  además, nos mostró una película auténtica de los hermanos Lumiére de 1986, una auténtica pieza de museo, y nos regaló un fragmento de película como recuerdo de la  visita  (no de la de Lumiére claro).

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No obstante la tarea que más parecía agradar a Peio era la de exhibir películas restauradas en las que los protagonistas o extras (generalmente vecinos de la localidad o algún interesado) puedan verse a sí mismos, a veces, tras decenas de años de haber rodado el filme.

Poco después, pasamos por turnos a salas donde se digitalizan las películas y pudimos observar la maquinaria, así como anticuadas  mesas de cortar para hacer la realización y otros instrumentos desfasados propios de la época dorada del cine, y, por fin, nos llevaron a la sala de proyección para visualizar 4 cortometrajes, 3 documentales y uno de ficción.

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El primer cortometraje era un pequeño documental en blanco y negro sobre la inauguración de San Mamés en 1913, con música de fondo y planos generales en su mayoría, un filme muy viejo.

El segundo, era una muestra del NODO mucho más reciente y en color, en el que se narra la visita de un grupo de veraneantes a Donosti, el narrador muestra los espacios y lugares más bonitos y emblemáticos de Donosti a través del variopinto grupo. En este filme nos mostraron su trabajo de restauración cortando la pantalla por la mitad y poniendo a un lado el trabajo restaurado y al otro el original.

En el  tercero y más emotivo vimos la construcción del barrio que hoy es Otxarkoaga. Las familias txaboleras que trabajan en la potente industria se mudan a un lugar habitable e higiénico que pronto transforman en su hogar, un buen filme.

Para terminar nos pusieron un corto actual llamado “Bucle”, moderno, conciso, con cortes rápidos y buena calidad. Probablemente para que comparemos el viejo cine con el nuevo. La diferencia es palpable.

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